Estoy sentado en mi escritorio con el archivo digital del primer libro de Dobby en la pantalla. Un pato con grietas doradas en la cabeza. Un pequeño elefante de pie, tranquilo, a un lado. Y una historia que aterriza con más suavidad de la que esperaba.
Dobby olvida cada vez más. Dónde está, qué hizo, incluso quién es Ovi, su mejor amigo. Pero lo que Dobby no olvida es cómo se siente algo. El calor de un baúl a su alrededor. El olor a pastel de manzana. El tintineo de una campana que dice: no estás solo.
Esta no es una explicación de la demencia. Es una historia que aborda algo mucho más complejo: te hace sentir lo que significa olvidar. Para quien olvida. Y para quien recuerda.
¿Qué hace que este libro sea diferente?
Un día, Dobby le dice a Ovi: «Es tan bonito aquí. Nunca había estado aquí». Van todos los miércoles. Ovi sonríe, no dice nada y deja que Dobby redescubra lo bonito que es.
Eso es amistad. Eso es amor. Sin corrección ni frustración. Solo espacio para revivir lo que ya era familiar.
De libro infantil a tema de conversación
Escrito para niños, pero apto para mucho más. En Dobbyhuis, nuestro centro de día para personas con demencia en etapa temprana, usamos este libro como puente. Una forma amable de iniciar una conversación con familiares, nietos o entre nosotros.
Porque a veces un pato dice lo que ni tú mismo puedes expresar con palabras. A veces, una historia sencilla ayuda a explicar lo que pasa por tu cabeza. Y a veces les da palabras a los nietos que quieren entender por qué el abuelo o la abuela actúan de forma diferente.
Esas grietas doradas
Dobby lleva grietas de kintsugi en la cabeza. Este arte japonés consiste en reparar cerámica rota con oro. Las grietas no se ocultan, se celebran.
Porque lo que está roto merece ser visto. Lo vulnerable merece oro.
Esa es la esencia de esta historia. Las personas con demencia no valen menos por olvidar. Sus grietas cuentan la historia de una vida vivida, de recuerdos que aún brillan en algún lugar, de una persona que sigue aquí.
El pato sigue flotando
Dobby susurra en la última página: «No tienes que saberlo todo. No tienes que hacerlo todo. Con que me sientas un poco. Con que estés conmigo de vez en cuando, es suficiente».
Qué regalo escuchar que lo que haces es suficiente.
Con una campana de amistad que resuena. Con una pluma que sigue brillando dorada. Con el recordatorio de que el amor perdura, incluso cuando todo cambia. Así es como un patito nos enseña lo que realmente importa: estar juntos es suficiente.
Dobby el pato es un poco olvidadizo: disponible próximamente en Dobby House y a través de www.dobbyinternational.com
Nadie está en su propio derecho. 💛
Amar,
Erica de Winter